Para muchos niños el aula del hospital y el espacio que se reserva para el juego son su única vía de escape y su momento para poder olvidarse de su situación. En muchas ocasiones son los voluntarios quienes colaboran con el hospital y ayudan en las aulas, en los diferentes talleres y actividades que realizan día a día. Todo el que entra en el aula, ya sea profesional o no, debe de concienciarse de que la enfermedad se queda fuera.
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Todas estas personas tienen un objetivo en común, que es hacerle la vida mejor y más fácil a los que lo están pasando mal, aun sin ser profesionales sanitarios, todos ellos participan y aportan su granito de arena para ayudar a curarse a estos niños.Pues para ellos el juego es primordial en su mejoría y recuperación.
Ofrecen a los pequeños la posibilidad de disfrutar de un ambiente distendido y lúdico, que les ayude a sobrellevar su enfermedad.
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